Empowerment en la empresa
Es curioso observar a algunos “líderes” u organizaciones que presumen de tener unos cánones de excelencia y mejora continua impresionantes, tienen las ISOS, las OSHAS, manuales de calidad para esto y para lo otro, procedimientos y protocolos diversos, eso sí todo bien registradito que luego llega la auditoría y a ver el auditor cuántas no conformidades nos va a poner…
Me refiero a esos jefes (que no líderes), que toman extensos cursos de liderazgo, responsabilidad, gestión de equipos, comunicación efectiva, asertividad… vaya que de tanta formación, no les queda tiempo para trabajar y aplicarla. Ah y, por supuesto, el coaching, ¿Qué sería de la vida de algunos empleados si sus superiores no hicieran coaching?
Y una piensa, ¡Qué grandes! ¡Qué guapas y guapos!, ¡Esta empresa debe ser la booomba!
Hasta que de la observación una pasa a la comprobación. Y poco a poco vas descubriendo que sí, efectivamente, esta empresa es la booomba, pero a punto de explotar gracias a la no acción de cargos que se forman en función del criterio de “titulitis” y no bajo un criterio win-win, es decir de mejora constante propia pero también de todo su equipo.
La formación continua es necesaria. Por supuesto. Pero tiene que ir unida a la responsabilidad y a la iniciativa para la consecución de objetivos individuales y colectivos. Se trata de un cambio cultural que deben realizar las empresas.
De nada sirve tener unos valores y una filosofía reflejados en un papel, pero que no se llevan a la práctica en el día a día.
Si no es así, si esa formación no sirve para mejorar el desempeño y alcanzar los objetivos marcados de una compañía, al final solo queda una cantidad ingente de “papel mojado” y un sinfín de horas de formación que no están sirviendo para nada.
Bueno, sí, para poner bonitos los CV y los perfiles de Linkedin de estos…¿Profesionales?
Seguramente, este tipo de cargos o las compañías para las que trabajan no conocen el término ROI.
¿Qué es el Empowerment?
Básicamente es un proceso que sirve para liberar el potencial de las personas: es potenciar, capacitar y permitir, entre otras cosas. Pasar de unas estructuras jerárquicas a otras más horizontales y democráticas. Dar la oportunidad a los trabajadores de implicarse más en la empresa, de obtener un mayor rendimiento y que puedan tomar decisiones sobre su propio trabajo, es decir, que puedan tener iniciativa y autonomía.
¿Para qué nos sirve el Empowerment en la organización o empresa? precisamente para evitar todo ese esfuerzo baldío de acumular horas de formación como si fuéramos a pilotar un Boing 747 o un Airbus A380. Que es muy “cool” subirse al carro de la innovación y el cambio, pero no se puede hacer a medias, o estás o no estás, y si no estás, acabarás desapareciendo, porque estás dejando pasar de largo el talento que reside en tu empresa, mientras tu competencia, que ha decidido estar, te está superando en ventaja competitiva.
Sólo tres puntos básicos a tener en cuenta:
- Transparencia en el intercambio de información. Se generará sentido de pertenencia y, por tanto, compromiso.
- Desaprender las prácticas burocráticas: libertad de actuación de las personas dentro de la empresa, pero seguimiento, control y medición de objetivos.
- Delegar: toda persona puede aportar conocimientos e innovaciones. El papel de su superior directo y de la organización es motivarle y ayudarle. Hacerle creer en sus posibilidades e intentar que exploten sus habilidades. ¡Eso sí que es la booomba!
En realidad solamente hay que dejar que aflore el talento, que haberlo haylo, y mucho, en nuestras empresas.