La «desconexión» digital (I)
Una vez me encontré con un amigo, lo primero que me dijo, casi sin mediar formulas de cortesía a veces olvidadas fue : «ostras, ¿porqué no viniste al cumpleaños de Pedro?» Mi cara de desconcierto fue, supongo, suficiente respuesta como para que se diera cuenta de que no me había enterado. «Te mandé un email avisándote hace un mes» añadió. Resulta que en aquellos días yo me hallaba inmerso en una épica batalla con alguna de las dictatoriales titánicas compañías de telefonía, y no disponía de conexión permanente a la red, ni de acceso a mi anterior correo…
Aparte de dejarle claro a mi amigo que tenía mi teléfono, mi móvil, y sabía donde vivía con lo que había pocas excusas de que no me hubieran avisado (no lo entendió) eso me hizo reflexionar. ¿Qué estaba pasando?
Lo que estaba pasando es que a medida que la sociedad se conecta a la red, se desconecta de la otra red, también social, la no digital.
Cuando hablamos con nuestro compañero de trabajo tomando un café, es red social. Cuando llamamos aun conocido de Madrid/Barcelona y le preguntamos que hace, en que trabaja, etc es red social. Cuando nos cruzamos con nuestros vecinos y «invertimos» 15 minutos en hablar del estado del vecindario, es red social.
Pero el mundo digital, joven mayoritariamente, tiende a olvidar este aspecto social de las redes sociales.
Desde aquél día denomino a este efecto «desconexión» digital. No es una enajenación, no desaparece la visión de la realidad que impide seguir con una vida relativamente normal (al menos en la mayoría de casos). Es más bien un cambio de patrón que entra en conflicto con los patrones de la gente que aun no hemos «desconectado».
hay que tener en cuenta lo que se comenta en http://guillemrecolons.com/la-marca-personal-2-0-no-existe-cuidado-con-los-impostores/ que hay que tener mucho cuidado con los impostores 2.0. Mucha gente tiene vida en el 2.0 pero no la tiene en la vida 0.0 (o vida sin red)
Esa es la gente que esta «desconectada» para mí. La coherencia es importante en nuestra vida, en nuestra psique, ya que sobre esa coherencia de pensamiento y actuación se construye todo lo demás.