Mi experimento Face

Hace unos meses, concretamente 18, apenas año y medio, inicié una prueba a modo de experimento social.

La premisa inicial del “experimento” era sencilla. ¿hasta dónde llegaría una cuenta de Facebook inventada realizando en ella una mínima intervención inicial y luego dejándola “vivir” sola?

El experimento

thDicho y hecho, di de alta una cuenta aparentemente real, foto incluida y biografía, pero inventada. (no pongo los datos aquí para evitar que me la desactive Facebook) Detecté que las condiciones iniciales serían decisivas en el “experimento” así que creé la cuenta en una zona de alta densidad demográfica y tecnológica (que se define en una alta densidad de contactos potenciales) y también una cuenta que pareciera real, no un troll. Así que le di un nombre que pareciera real, una foto (modificada, pero de mi propiedad) y algunas fotos en los álbumes de fotos (de nuevo modificadas, pero de mi propiedad)

Es aquí donde se comete el primer fallo de seguridad de Facebook, el único requisito para crearte una cuenta es un mail válido, que sabemos que se pueden crear en múltiples plataformas, webs, dominios privados, etc. No hay una verificación inicial más completa, como un documento identificativo. El propio valor de universalidad de Facebook hace que sea difícil este paso, así que existente el bug, vamos para dentro.

Ahora faltaba poner en marcha la cuenta, igual que un gran vagón de tren en una suave pendiente, puede pesar toneladas y por eso no se mueve, pero si aplicamos el empuje inicial suficiente este se moverá solo luego.

Es aquí donde me aprovecho de otro bug de la red social. Dicha red está diseñada para ser un conjunto de perfiles de personas interconectadas. Una vez creados los perfiles personales, la gente puede crear dentro páginas de asociaciones, empresas, etc. Pero en lugar de esta forma de operar, muchísima gente, por desconocimiento o por comodidad, crea la asociación o la empresa como página personal, y por tanto se pueden posteriormente agregarlas como si de un “amigo” se tratase.

Fácil entonces. Con la zona escogida de mi “perfil nuevo” (área metropolitana de Barcelona, más de 2 millones de habitantes) y un perfil relativamente creíble, mando invitación a unas 60 asociaciones y empresas de la zona. Dichos perfiles, por su naturaleza empresarial y carácter asociativo, (no personales) aceptan a todo el mundo puesto que lo que les interesa es tener cuantos más contactos mejor.

Los datos

En pocos días mi perfil tiene 60 contactos aproximadamente, aunque no son personales, pero no me importa eso. Es el empujón inicial.

En esos momentos empiezo a registrar los datos. Entro cada pocos días y mi única acción es aceptar los contactos que me piden amistad.

Los datos de los registros los cargo en un Excel cada dos semanas para poder al final analizar los datos y realizar una serie de gráficas sobre los mismos

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La gráfica anterior nos indica dos cosas. Qué sin intervenciones extras, más que aceptar los contactos que piden amistad, en 18 meses el “perfil” pasa de 60 a 4.115 contactos. Lo segundo es que inicialmente el crecimiento de la cuenta es lento (normal), luego se acelera (normal) pero llega un punto crítico en que se estabiliza en 140/150 contactos cada dos semanas, unos 10/12 al día, como si Facebook si tuviera un control sobre rápidos crecimientos de cuentas (es un punto a reconocer, pero aún deben ajustarlo más)

Afortunadamente para Facebook pusieron un límite a las cuentas, que tiene como tope 5.000 “amigos”, cosa que mi cuenta alcanzará antes de final de año, a este ritmo.

Conclusiones tecnológicas

Definitivamente Facebook es una web llena de deficiencias. No solo permite crear perfiles falsos y a menores, porque no hay control de identidad más allá del mail, sino que tampoco controla que los perfiles sean de personas y no negocios o asociaciones. Luego más allá de alguna pregunta de control a veces, cualquiera pueda intentar añadir a cualquiera, con tener algún contacto en común (que se consigue con el empujón inicial) ya es suficiente.

Conclusiones sociales

Aquí podríamos extendernos ad infinitum porque la propia red social (más allá de este experimento) da pie a artículos, escritos, libros y enciclopedias, sobre su vertiente social. Pero nos centraremos en nuestro humilde “experimento”. Al final mi “nuevo perfil” tendrá sin hacer prácticamente nada, 5.000 “amigos” de los cuales no conozco a ninguno ni ninguno me conoce a mí. Interesante resultado para una red de amigos, familiares y conocidos. Según la filosófica aristotélica sería un programa “defectuoso” según su tabla de virtudes y defectos, ya que no acaba siendo usado para lo que se concibió.  Diatribas filosóficas aparte, está claro el pervertido uso de la red social. Imaginad que mi propósito último no fuera solo experimental sino algo más perverso.  Mis publicaciones, de la naturaleza que fueran, tendrían visibilidad en miles de “timelines”.

Y cierto es que Facebook permite a los usuarios denunciar publicaciones, pero la eliminación de las mismas es difícil, y a veces imposible, a no ser que flagrantes infracciones legales (una nueva laguna en el sistema de esta extendida red)

Sea como sea no dejan de ser curiosos los resultados del experimento, y en el futuro realizaré nuevas incursiones experimentales en la red virtual más extendida del mundo.